Clases de idiomas online vs apps: ¿qué es mejor para los niños?

Aprender un idioma es todo un viaje, sobre todo cuando hablamos de niños pequeños. Con la cantidad de opciones que hay hoy en día, los padres se enfrentan a un dilema: ¿son mejores las clases de idiomas online o las apps de aprendizaje? No es una respuesta sencilla, ya que depende mucho de la edad y las necesidades del niño. Vamos a analizar cómo funcionan ambas opciones, y te compartiré algunas observaciones basadas en mi experiencia enseñando a niños entre 4 y 12 años.

Personalización del aprendizaje

Las clases online tienen un punto fuerte: la personalización. Aquí, el profesor puede adaptar cada lección a las necesidades y el ritmo del niño. He trabajado con niños que eran un poco tímidos y que no solían participar mucho en clases presenciales. Sin embargo, en un entorno online más controlado y con actividades interactivas, se abrían mucho más y se sentían más cómodos practicando.

Las apps, en cambio, son más limitadas en cuanto a personalización. A pesar de los avances en inteligencia artificial, al final del día, estas apps siguen un esquema predefinido que no siempre se ajusta al nivel de cada niño. Las aplicaciones como Duolingo son buenas para practicar vocabulario, pero si un niño tiene dificultades en algún área, la app no va a cambiar su enfoque para ayudarle. Así que, para un aprendizaje más profundo y adaptado, nada supera a un buen profesor en una clase en vivo.

La interacción social que necesitan los niños

Cuando los niños aprenden en un entorno donde pueden interactuar con otros, ya sea con el profesor o con sus compañeros, el aprendizaje fluye de manera más natural. En clases online, he visto cómo los juegos de rol o las actividades en grupo no solo les ayudan a aprender, sino que también los motivan a participar y expresarse.

Por otro lado, las apps intentan ser lo más interactivas posible, pero hay un límite. He notado que, si bien los niños se enganchan al principio con los sistemas de recompensas (como ganar estrellas o desbloquear niveles), la novedad desaparece rápidamente, y es fácil que pierdan interés. Los niños son sociales por naturaleza, así que las clases que incluyen un componente humano suelen ser más efectivas.

Flexibilidad y comodidad

Aquí es donde las apps ganan por goleada. Puedes abrir una app en cualquier momento, ya sea en el coche, esperando en el médico o antes de dormir. Si tu vida es un torbellino de horarios, las apps son muy convenientes para que tu hijo practique un idioma sin necesidad de organizar una clase.

Pero las clases online también tienen su propia flexibilidad. En mis sesiones, suelo programar lecciones según la disponibilidad de cada familia, lo que permite que el aprendizaje no interfiera con otras actividades. Sin embargo, estas clases requieren que el niño se siente y se concentre por un periodo de tiempo fijo, lo que puede ser un desafío para los más pequeños.

Retroalimentación: la clave para mejorar

Algo que he aprendido como profesor es que los niños necesitan saber cuándo están haciendo las cosas bien y, más importante, cuándo no. En las clases online, los profesores pueden corregir errores de inmediato y explicar por qué algo está mal, lo que ayuda al niño a entender y mejorar al instante.

Las apps, en cambio, utilizan algoritmos para corregir respuestas, pero no pueden ofrecer la misma profundidad en la retroalimentación. Si un niño comete un error varias veces, la app no siempre puede explicar por qué ni ofrecer una alternativa adecuada. Aquí es donde la figura de un profesor puede marcar una gran diferencia.

El tema del coste: ¿cuál es más asequible?

A veces, la cuestión del presupuesto es importante. Las apps suelen ser más económicas. De hecho, muchas de ellas son gratuitas, aunque las versiones premium añaden algunas características avanzadas. Si buscas una opción asequible para que tu hijo empiece con un nuevo idioma, las apps son una buena puerta de entrada.

Las clases online, en cambio, suelen ser una inversión mayor, pero con un retorno claro. Cuando trabajas con un buen profesor, ves cómo el niño progresa de forma constante. En especial para los niños que necesitan un empujón extra, este tipo de clases pueden ser justo lo que necesitan para alcanzar un nivel más avanzado.

¿Qué funciona mejor para los niños de 4 a 12 años?

Aquí va mi conclusión basada en la experiencia con mis propios alumnos: para los más pequeños (de 4 a 7 años), las clases en línea con un profesor tienden a funcionar mejor. Estos niños todavía están desarrollando habilidades de concentración y necesitan a alguien que los guíe de forma constante.

Para niños mayores (de 8 a 12 años), que ya pueden ser un poco más independientes, las apps pueden ser una excelente forma de complementar lo que aprenden en las clases. Las apps son geniales para repasar vocabulario y gramática de una forma divertida, pero para entender realmente cómo usar un idioma en situaciones reales, nada sustituye a una clase interactiva con un profesor.

Consejos prácticos para padres

  1. Usa ambos enfoques si puedes: Las clases online y las apps no tienen que ser excluyentes. Puedes usarlas en combinación para reforzar el aprendizaje.

  2. Elige apps que sean realmente interactivas: No todas las apps están diseñadas igual. Busca aquellas que incluyan actividades que mantengan al niño comprometido, no solo repeticiones aburridas.

  3. Aprovecha las clases con profesores que entiendan a los niños: Asegúrate de que el profesor tenga experiencia en enseñar a los más pequeños. No todos los profesores de idiomas tienen la paciencia y las habilidades para trabajar con niños.

En resumen

No hay una respuesta definitiva cuando se trata de elegir entre clases online y apps para aprender un idioma. Ambas tienen su lugar, y la mejor elección dependerá de tu hijo y sus necesidades. Si lo que buscas es un aprendizaje más profundo y guiado, las clases en línea son la mejor opción. Pero si lo que necesitas es flexibilidad y algo que mantenga a tu hijo entretenido por un rato, las apps pueden ser una herramienta muy útil.

Al final del día, lo más importante es que el niño disfrute del proceso de aprender un nuevo idioma. Si logras que tu hijo se sienta emocionado y motivado, ya sea a través de una app divertida o de una clase interactiva con un profesor, estarás en el camino correcto.